En estos cuatro años hemos buscado reconocer y poner en valor la diversidad de miradas, aportes y talentos de todas y todos quienes integran nuestra comunidad universitaria, lo cual, ciertamente constituye la base para construir un proyecto universitario de calidad y con mirada de futuro.

Comienzo este sucinto relato resaltando el firme compromiso que adquirimos con la calidad. Logramos incrementar a cinco los años de acreditación institucional, situándonos en el tramo superior del nivel de avanzada, al tiempo que autoevaluamos toda la oferta académica PAES y crecimos sustancialmente en el número de carreras de pregrado y postgrados acreditados y/o certificados. Así también, logramos revertir el escenario de crisis y déficit financiero, lo que ha permitido comenzar a mirar el futuro con nuevas propuestas.

En términos docentes, se instaló de manera efectiva el Modelo Educativo en todas las carreras, planes y programas impartidos en Sedes y Centros Docentes y de Vinculación, mejorando los indicadores, el perfeccionamiento académico e impulsando nuevos procesos curriculares, para seguir asegurando una formación de excelencia. Se ha fortalecido el postgrado, logrando la acreditación del 80% (5 de 6) de la oferta actual, a la espera de culminar el año 2023 con la totalidad de sus programas acreditados, al tiempo que se ha impulsado la creación de nuevos programas de doctorado con el objetivo de contar en la oferta académica del 2024 con 4 programas a disposición, uno de ellos a impartirse en la Sede Victoria.

En materia de investigación, se ha incrementado de manera importante el número de publicaciones, así como la postulación a proyectos competitivos del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación, totalizando 40 postulaciones a FONDECYT de Iniciación, Regular y Postdoctorado para el concurso 2024. La universidad también ha sobresalido en prestigiosos rankings científicos internacionales como Scimago y Nature, alcanzando el lugar 11 del país y 5ta entre las universidades estatales en esta última medición. Conjuntamente a estos resultados, asumimos con convicción el compromiso de convertirnos en una universidad compleja y el desafío que supone acreditar el área de investigación, innovación y creación. Para ello, se han promovido nuevos incentivos que reconocen la actividad científica y concentrado esfuerzos en fortalecer grupos de investigación en las Facultades, Institutos y Centros.

En la vinculación con el medio, Impulsamos una amplia interacción con las comunidades y territorios, logrando además proyectarla internacionalmente con la gestación de nuevas alianzas. Avanzamos en la materialización del Centro Comunitario, lugar donde se encarna nuestro lema “conocimiento y territorio” y testificamos el verdadero llamado una universidad estatal: mejorar la calidad de vida de sus entornos, generando sinergias y contribuyendo al progreso de la sociedad mediante las disposiciones de todas las capacidades de nuestras y nuestros estudiantes, académicas y académicos.

Conjuntamente, Impulsamos una apertura institucional en el contexto nacional e internacional, lo que ha comportado el promover, conectar y situar a la Universidad en espacios de incidencias y liderazgos en el concierto de la educación superior tanto a nivel nacional como fuera de sus fronteras.  Producto de este trabajo, hoy presidimos el Consejo de Rectores y Rectoras por la Integración de la Subregión Centro Oeste de Sudamérica (CRISCOS), formamos parte del parte del directorio del Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECH), somos vicepresidentes de la Red Universitaria Nacional (REUNA), representantes al Consejo de Rectores de Chile (CRUCH) ante el Comité de Acceso del Mineduc, y miembros del directorio de la UESTV (Red de Televisión de las Universidades del Estado de Chile).

Esta rectoría ha confiado plenamente en su talento humano, por sobre las históricas asesorías externas. Es importante destacar y reconocer la respuesta de nuestro equipo administrativo, de profesionales y auxiliares, el que ha respondido de forma sobresaliente a los desafíos. Sus talentos, capacidades y compromiso nos han permitido construir desde nosotras y nosotros, nuestro Plan Estratégico, las acreditaciones y certificaciones de pregrado y postgrado, nuestra nueva imagen corporativa, el impresionante desarrollo de nuestras TICS, el acompañamiento integral del estudiantado (UNIA-DAE), la automatización de nuestros procesos (certificados, solicitudes, otros), la mejoras en condiciones de operación, la presentación de iniciativas FNDR, gestiones de nuevos terrenos, nueva campaña de admisión bajo el concepto de Casa Abierta, entre muchos otros.

Juntas y juntos hemos logrado sortear las dificultades y alcanzar importantes logros, los cuales, ciertamente debemos continuar consolidando. Es por ello que, lejos de conformarnos con los resultados alcanzados, en este programa de gobierno proponemos un proyecto de futuro y consolidación de nuestra universidad, el cual, entre otros, considerará el afianzamiento de nuestra posición financiera para mejorar las condiciones salariales y materiales de nuestras funcionarias y funcionarios, la promoción del perfeccionamiento académico, la descentralización de las funciones y mayores niveles de autonomía de las unidades académicas, así como una mayor agilidad de la gestión.

Del mismo modo, resaltamos la necesidad de fortalecer las Facultades, Sede Victoria, Institutos y Centros de Investigación y nuestros Centros Docentes y de Vinculación, adaptarnos a los nuevos retos formativos, tecnológicos y sociales, incrementar la investigación e innovación para acreditar el área y alcanzar la complejidad institucional, al tiempo que persistiremos en el camino de mejora continua que hemos trazado, optimizando las condiciones de operación, logística y de infraestructura desde una mirada de futuro.

Somos, por nuestra historia, vocación y mandato superior, una universidad del Estado, pública, regional, inclusiva y diversa, que desde los territorios de Tarapacá, Arica y Parinacota, Antofagasta, Santiago y la Provincia de Malleco, Región de La Araucanía, contribuye a la formación de personas, la generación de conocimiento, innovación, extensión y vinculación con el medio para el desarrollo integral de la sociedad, nuestros territorios y sus comunidades, el fortalecimiento de la democracia y la movilidad social, desde una perspectiva intercultural y respeto a nuestros pueblos originarios.

Adherimos a estos preceptos desde una profunda convicción con nuestra propia razón de ser y concepción de universidad pública, reconociéndonos como un espacio que combina la dimensión intelectual y social para cumplir con su misión de formar ciudadanas y ciudadanos comprometidos con el desarrollo integral de nuestros territorios, el bien común y los principios de la vida en sociedad.

Nuestro origen, marcado por el abandono del Estado en las profundas diferencias de Aporte Fiscal Directo (AFD), así como la conjunción de necesidades y aspiraciones de nuestras comunidades locales es testigo de lo antes dicho, donde ha sido el clamor de las ciudadanas, ciudadanos y autoridades de los territorios donde nos emplazamos y el esfuerzo de todas y todos quienes la componemos, los que nos han erigido como una universidad resiliente y un genuino motor de movilidad social e integración cultural, donde cuyo mayor testimonio son las y los más de 78.000 egresadas y egresados que han aportado y están aportando al desarrollo territorial y del país. Así entonces, con determinación sostenemos que la Universidad Arturo Prat nos pertenece a todas y todos por igual, puesto que, han sido las capacidades y talentos de nuestras académicas, académicos, profesionales, administrativas, administrativos, estudiantes, auxiliares, egresadas y egresados las que hemos orientado consustancialmente para dar cumplimiento a los objetivos de nuestra sociedad y las necesidades de nuestros territorios. Sintámonos orgullosas y orgullosos de los que juntas y juntos hemos logrado construir, una universidad pluralista, diversa y con profunda vocación pública que se instituye como la universidad del conocimiento y el territorio, que aspira a ser reconocida como un actor relevante y de excelencia al desarrollo integral de nuestras regiones.

Sabemos y reconocemos que los éxitos y logros que hemos experimentado en estos últimos cuatro años son posibles sólo gracias al esfuerzo, el compromiso y el trabajo dedicado de todas y todos los que componen la Universidad: académicas y académicos, funcionarias y funcionarios, estudiantes y titulados. Es por esto que mi deseo es trabajar, en un nuevo periodo, con, por y para la comunidad de la Universidad, construyendo, siempre en conjunto, un nuevo estándar de calidad de vida y bienestar en nuestro quehacer.

Por otro lado, consideramos que es fundamental que podamos cerrar las brechas entre géneros y de inclusión. Estos son aspectos esenciales para nuestra gestión y se deben seguir fortaleciendo de manera transversal. En estas preocupaciones, ocupa un lugar central la efectiva implementación de la Política de Igualdad de Género, trabajo en el que nos encontramos actualmente, y la conciliación de los espacios laborales y personales de nuestros funcionarios y funcionarias y estudiantes, reconociendo, por ejemplo, la corresponsabilidad en los cuidados familiares.

Queremos que la Universidad siga profundizando su vocación de ser un espacio de libre expresión y celebración de las diferencias; son estas las que nos hacen crecer y avanzar, abriendo nuevos rumbos y fomentando el respeto irrestricto a la diversidad en todos los ámbitos.

El bienestar de las personas que componen nuestra comunidad no es solo una declaración; se construye con medidas concretas, con las que buscaremos, entre otras cosas: mejorar la conciliación de la vida personal, familiar y laboral; alimentar y potenciar los deseos y aspiraciones de cada quien, generando alternativas de perfeccionamiento y desarrollo profesional y académico; y generar incentivos adicionales que permitan aumentar nuestras remuneraciones, por ejemplo. Sobre todas estas propuestas nos extenderemos durante este documento.